Las mallas de cobre son la mejor opción dentro de la industria salmonera, ya que se ha demostrado que el cobre es un material que evita la producción de virus, hongos, bacterias, y demás parásitos, los cuales pueden llegar a afectar gravemente a los salmones, pero no sólo eso, el cobre ha demostrado ser un material antifouling por naturaleza, de manera que la implementación de este material en la fabricación de las jaulas para salmones, elimina la necesidad de utilizar pintura antifouling, lo cual es un gran punto a favor de la ecología al suprimirse el empleo de estas pinturas con sus correspondientes químicos. Las mallas de cobre también controlan el ataque de leones marinos, los cuales suelen reportar importantes pérdidas anuales en la industria salmonera chilena.
Además de todas estas ventajas, tenemos el hecho de que a diferencia de las mallas de Nylon, las cuales son altamente contaminantes, las mallas de cobre son 100% reciclables, ya que una vez cumplida su vida útil, una malla de cobre puede ser retirada del océano para ser reciclada y elaborar de ahí nuevas mallas para salmones.
Otra ventaja que tienen las mallas de cobre en lo que concierne a la ecología, es que al ser mucho más resistentes, resulta muy poco usual que tengan roturas por las cuales puedan llegar a fugarse los peces, con la respectivo amenaza a la biodiversidad marina que estas fugas implican.
Todos estos factores hacen que las mallas de cobre sean mucho más económicas que las de Nylon, aunque ciertamente la inversión inicial es mayor, pero el ahorro en pintura, reparaciones, fugas y ataques de mamíferos, además del alargamiento de la vida útil de las jaulas, hacen que a este material resulte más ventajoso desde el punto de vista económico.
Últimamente la empresa EcoSea, logró retirar el 100% de sus mallas de cobre las cuales llevaban un tiempo de vida útil de 12 años, recuperando así 420 toneladas de la aleación de cobre, que serán direccionadas hacia la fabricación de nuevas mallas.