Ingeniería inversa para el neumático fuera de uso
El reciclaje del neumático fuera de uso siempre se ha visto como uno de los dilemas ambientales de más difícil solución. Convencionalmente se habían estado visualizando dos probables opciones: por un lado la granulación de los neumáticos para convertir el caucho en material de relleno, y por el otro el recauchutado de neumáticos, con lo que se consigue reestructurar el neumático fuera de uso mediante diversos pasos, que logran poner esa llanta vieja nuevamente en circulación.
Claro, se trata de buenas opciones, sin embargo, el neumático fuera de uso aún está ahí, aún es una llanta vieja y lamentablemente está en el ambiente. Surge entonces una tecnología novedosa de ingeniería inversa, mediante la cual se ha logrado convertir el neumático vencido en sus componentes básicos mediante un proceso de calor y fricción, lo que retorna a los neumáticos fuera de uso a sus elementos originales, los cuales son: el fuel oil, el acero y el carbón. Esto implica que cinco neumáticos de 63 pulgadas, con un peso de 20.000 kilos, pueden ser convertidos en 6.500 litros de combustible alternativo, 4.000 kilos de acero y 8.000 kilos de humo negro, además de una cantidad de gas sintético que podría ser útil para poner en funcionamiento a la propia planta procesadora.
Esta es claramente una tecnología vinculada a los neumáticos fuera de uso, completamente innovadora, que podría abrir las puertas al reciclaje de otros productos cuya disposición, hoy en día, se vislumbra tan difícil como hace tan sólo unos años se veía el reciclaje de las llantas vencidas.
El neumático fuera de uso, tras el término de su vida útil, siempre había sido visto como uno de los elementos más problemáticos sobre los cuales disponer, ya que su descomposición tarda cientos de años, y los neumáticos, arrojados a terrenos baldíos fomentan la cría de mosquitos y son potencialmente combustibles. Es por ello que esta novedosa tecnología constituye una maravillosa opción a favor del planeta.